Cabalgo sobre las olas de la furia de Ossë,
tiembla y cruje la estructura de mi nave.
Atrás ha quedado,
hogar sepultado,
lleno de dolor
veo cómo
se hunde Númenor.
Rugen cielo, mar y tierra en nuestra contra,
furiosos Dioses me impiden llegar a costa.
Solo nueve naves,
nueve capitanes,
han quedado
de la gloria
que ya se ha acabado.
Nuestras velas desgarradas se las lleva el viento,
de nuestras gargantas se eleva un lamento.
sólo siete piedras,
sólo siete estrellas,
se han salvado
y un árbol
de blanco color.
Desdechados exiliados a la Tierra Media,
A TRAVÉS DE ADVERSIDADES HACIA LAS ESTRELLAS.
Nos recuperaremos,
y esperaremos,
y venganza
llevaremos
al negro Sauron.