Viven del lodo, huyen por todo
matan y mal son dados;
por todos lados moran sin rumbo
por causa de los Hados.
Tienen un odio cerril por la guerra y por la paz;
su negra raza febril es de horror sucio y agraz.
Donde no llega la luz cavan en tonos de horror
tumba, fosa y ataúd, hoyos secos de dolor.
Orcos.
Hoscos y duros sobre los muros,
brujo voraz al mando;
con hacha y flecha, corre la mecha
de un cruel y negro bando.
Aulla con grito feroz al seguir con cruel tesón;
la horda de sucio mirar hiede el aire con su son.
Golpe tras golpe a la par para rajar y comer;
arda la casa de aquel que sus manos ose alzar.
Vicio de saña que gime y daña,
cubre su faz de pelo
raído y lacio; huele despacio
y holla con ira el suelo.
Roe con sordo furor todo hueso que halla al pie
y ciego y loco no ve ser roído al que royó.
Son carne de un sino atroz, el de morir sin vivir;
quiera el Padre redimir su febril odio y rencor.