Di, luna baja, con ángulos blancos,
que cuidas de Elentári el jardín,
tu dádiva alumbra el Teiglin y los barrancos,
¿dónde está Nienor, cuál fue su fin?
Yo no la vi, porque, sabes, soy ciego;
desde la infancia sirvo ciego a Morgoth;
castigado siempre y prohibido el sosiego
¡caiga el invierno sobre Menegroth!
Cabed-en-Aras, Cabed Naeramarth,
no mancharé tus aguas por Nienor,
porque todas mis acciones han sido malas
y la postrera será la peor.
Salve oh Gurthang,acero de muerte,
ante ninguna sangre sientes temor,
¿como no beber la sangre que te hizo fuerte,
tú que tan bien serviste a tu señor?
«Sí, beberé el vino rojo que ofreces;
la sangre que vertiste olvidaré,
como Beleg, como Brandir en mi pereces.
Rápido y dulce final te daré».